lunes, 14 de noviembre de 2011

MATICES DE ESTE SER



                                                                        
Este mundo, una dimensión donde llegamos y luchamos por no irnos.
¿Cuál es el sentido de no seguir el curso, de lo que sea que es esto donde me veo atrapado?
Lo cierto es que cuando me sirvo de mis piernas y percibo desde aquí el centro de mi universo,  mi cerebro, con las penas, incertidumbres e irrealidades subjetivas  que acaricio desde la prisión acristalada de mis ojos.
He pensado cientos de alternativas a mi falta de ubicación y no encuentro una que me convenza,  y no soy de estos que se anegan a opiniones o conclusiones que pueda convencerme de que es un desorden celular o un trastorno  psicológico, o un mal azar de mi genética;  de mi  creación a la que pertenezco, que todo yo soy mucho más que yo hasta llegar a ser esto... UN CUERPO LLAMADO HUMANO, entre humanos... (Sosegado).
El tiempo pasa marcado  y desde mi uso de razón a la edad de 8 años o quizás algo menos, sigue en mi ser esa voz que divide todo mi género en partículas que quisieran cambiar, tornar y ser como un gran arco iris que de claridad y realidad a este pensamiento, saber y  dar veracidad a esta esencia  que permanece atormentada  e  injustamente cercada, limitada a una vida mucho mas allá de una estación por la que solo me muevo. ..ESTE  MI CUERPO.
¿Qué soy?, porque no encajo mi existencia cuando no sé cuál es la pieza a la que pertenezco para aceptar este destino, para volver bajo la tierra y dejar de descomponerme en una libertad que nunca estará dentro de este juego que todas las piezas conocen como ( VIDA).
En lo que no habita mi incertidumbre es en el sentimiento, ahí es donde la esencia auténtica de la vida, de la libertad de todas los elixires que des-perpetúan el miedo a vivir, el sentido y la libertad  y la límpida visión del universo sin más prisiones acristaladas, sin objetivos patrocinados, sin reglas absurdas y la auténtica existencia como parte del ciclo vital  pero conscientes de un legado que no deberíamos dejar que nos robaran nunca más (la vida real es inmaterial, y la felicidad auténtica reside en un ser ...saber quién es uno mismo).