Este mundo, una dimensión donde
llegamos y luchamos por no irnos.
¿Cuál es el sentido de no seguir
el curso, de lo que sea que es esto donde me veo atrapado?
Lo cierto es que cuando me sirvo
de mis piernas y percibo desde aquí el centro de mi universo, mi cerebro, con las penas, incertidumbres e irrealidades
subjetivas que acaricio desde la prisión
acristalada de mis ojos.
He pensado cientos de
alternativas a mi falta de ubicación y no encuentro una que me convenza, y no soy de estos que se anegan a opiniones o
conclusiones que pueda convencerme de que es un desorden celular o un trastorno psicológico, o un mal azar de mi genética; de mi creación
a la que pertenezco, que todo yo soy mucho más que yo hasta llegar a ser esto...
UN CUERPO LLAMADO HUMANO, entre humanos... (Sosegado).
El tiempo pasa marcado y desde mi uso de razón a la edad de 8 años o quizás
algo menos, sigue en mi ser esa voz que divide todo mi género en partículas que
quisieran cambiar, tornar y ser como un gran arco iris que de claridad y realidad
a este pensamiento, saber y dar
veracidad a esta esencia que permanece
atormentada e injustamente cercada, limitada a una vida
mucho mas allá de una estación por la que solo me muevo. ..ESTE MI CUERPO.
¿Qué soy?, porque no encajo mi existencia
cuando no sé cuál es la pieza a la que pertenezco para aceptar este destino, para
volver bajo la tierra y dejar de descomponerme en una libertad que nunca estará
dentro de este juego que todas las piezas conocen como ( VIDA).
En lo que no habita mi incertidumbre
es en el sentimiento, ahí es donde la esencia auténtica de la vida, de la
libertad de todas los elixires que des-perpetúan el miedo a vivir, el sentido y
la libertad y la límpida visión del
universo sin más prisiones acristaladas, sin objetivos patrocinados, sin reglas
absurdas y la auténtica existencia como parte del ciclo vital pero conscientes de un legado que no deberíamos
dejar que nos robaran nunca más (la vida real es inmaterial, y la
felicidad auténtica reside en un ser ...saber quién es uno mismo).